La temporada de lluvias trajo 600 mm de agua sobre la ciudad de Mocoa y sus alrededores en pocas horas, desencadenando una crisis tan severa que el Gobierno Nacional declaró el estado de calamidad pública. Según el último reporte oficial, el desastre natural ha dejado 254 muertos, 203 heridos y un número aún indeterminado de desaparecidos.
Este desastre ocurrió debido a las intensas lluvias, que provocaron el desbordamiento de los ríos Mocoa, Sangoyaco y Mulato. Semana Sostenible entrevistó a Luis Alexander Mejía, director de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonía (Corpoamazonia).
“En la tarde del sábado sobrevolamos las vertientes de los principales cauces de los ríos Taruca, Conejo, Sangoyaco, Mulato y Mocoa, donde pudimos determinar que el uso inadecuado del suelo en estas zonas activó antiguos deslizamientos y generó nuevos. Se vivió un fenómeno con características similares a otro ocurrido hace 50 años en esta misma zona antes de que estuviera poblada”, dijo Mejía. Corpoamazonia y la Gobernación del Putumayo ya habían realizado estudios de modelamiento que mostraban este tipo de eventos, junto con la magnitud que se dio, afectando el acueducto y las subestaciones eléctricas.
Luz Marina Mantilla, directora del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi), asegura que la gente ha puesto sus casas en zonas inundables. “Acá hay un tema muy crítico y es que los ríos tienen memoria. Normalmente tratan de volver a su cauce y eso es algo que creo pasó con algunas zonas de la ciudad de Mocoa, sobre todo con el barrio San Miguel que está ubicado en zona de lecho de río”, afirma.
Mantilla se refiere a la principal problemática que causó este desastre: la deforestación. Todo el arco suroccidental del Amazonas (Caquetá, Guaviare y Putumayo) conforma los puntos calientes de la deforestación. Putumayo es el quinto departamento del país con más pérdida de capa vegetal; 9.000 hectáreas habían sido deforestadas hasta 2015.
“Tenemos deforestadas las rondas hídricas y las áreas aledañas a los asentamientos humanos. Es urgente restaurar estas zonas y los suelos con pendientes mayores al 100%”, asegura Mantilla. Además, la ganadería extensiva irresponsable y los cultivos ilícitos son dos de los grandes responsables de la pérdida de vegetación, la cual es crucial para contener las aguas y darle firmeza a los suelos.