En el ámbito del cuidado del medio ambiente, se han implementado una serie de medidas con el objetivo de prevenir, corregir o mitigar las acciones que impactan directa y negativamente al medio ambiente debido a prácticas o proyectos industriales.
En general, las regulaciones y legislaciones de los países exigen que si una determinada actividad produce efectos ambientales negativos en cualquier de sus etapas, debe presentarse un plan donde se evidencie la manera en que dichos efectos serán compensados o mitigados, para asegurar que la actividad se lleva a cabo de manera responsable.
En Colombia, la Ley 99 de 1993 (Ley del Medio Ambiente) tiene como objetivo la preservación del medio ambiente, reconociendo la biodiversidad del país como patrimonio nacional y de interés mundial. Por ende, debe ser protegida prioritariamente y aprovechada de manera sostenible.
Por esta razón, las personas naturales o jurídicas que realicen una actividad con impacto ambiental deben presentar un Plan de Manejo Ambiental (PAM). Este plan es un conjunto de acciones ambientales diseñadas para evitar, mitigar, corregir, restaurar y compensar los daños ocasionados por un proyecto.
Para asegurar esta preservación, existen diferentes tipos de medidas que deben ser consideradas antes, durante y al finalizar el proyecto. Estas medidas incluyen prevención, mitigación, corrección y compensación. En este texto, nos enfocaremos en las medidas correctoras.
Las medidas correctoras tienen como objetivo la recuperación, total o parcial, de las condiciones existentes antes de la realización de un proyecto, mediante acciones específicas no contempladas inicialmente. Esto se debe a que pueden presentarse afectaciones al ambiente que no fueron consideradas al comienzo.
Dentro del PAM, las medidas correctoras se dividen de acuerdo a cada etapa del proyecto. Por ejemplo, en una actividad de minería, es necesario segmentar las medidas de corrección ambiental según las fases de construcción, explotación y desmantelamiento. Cada fase implica procesos diferentes que generan distintos impactos en el entorno.
Luego de dividir por proceso, es ideal segmentar cada ámbito o sector afectado para implementar la corrección correspondiente. Algunos ejemplos incluyen calidad acústica y atmosférica, hidrológica, geológica, suelos, paisaje, economía, y efectos sobre la flora y fauna.
Finalmente, es crucial analizar y decidir las soluciones específicas para restaurar el ambiente y compensar el daño causado. Algunos ejemplos de medidas correctoras incluyen:
- Los camiones transportadores de material susceptible de emitir partículas en suspensión deben ser cubiertos con lonas.
- Riego de caminos para evitar la proliferación de nubes de polvo.
- Aspersión de agua sobre las especies de árboles más afectadas por polvo y otros elementos.
Es fundamental que toda actividad con efectos ambientales, ya sean positivos o negativos, cuente con un Plan de Manejo Ambiental para compensar y reducir los daños, así como potenciar los aspectos positivos que se presenten.