La responsabilidad social empresarial (RSE) define todas esas acciones que las empresas realizan, para mitigar de alguna manera, el impacto que generan a nivel social, ecológico y económico, en los territorios en los cuales desempeñan sus actividades.
Normas RSE
Si bien la RSE en Colombia no se encuentra regentada por normas muy rigurosas que digamos, ya que la constitución política de Colombia no la tiene contemplada literalmente, sí existen algunos apartados en los cuales se menciona de manera secundaria:
"Artículo 333. La actividad económica y la iniciativa privada son libres, dentro de los límites del bien común. Para su ejercicio, nadie podrá exigir permisos previos ni requisitos, sin autorización de la ley"
“La libre competencia económica es un derecho de todos que supone responsabilidades”.
“La empresa, como base del desarrollo, tiene una función social que implica obligaciones. El Estado fortalecerá las organizaciones solidarias y estimulará el desarrollo empresarial”.
Estos fragmentos de la constitución son propensos a todo tipo de interpretaciones, pero perfectamente podrían ser calificados como un verdadero marco legal, en el cual la RSE podría encontrar bases sólidas para implementar políticas reales de responsabilidad empresarial, y de esta forma ejercer presión sobre las compañías, para que cumplan con sus deberes constitucionales.
Sumado a esto, tenemos el pronunciamiento de la Corte Constitucional, que por medio de la sentencia T-247 de 2010, afirmó que la RSE “Debe ser asumida como compromiso social, como complemento al ánimo de lucro”.
Sin embargo, la realidad es muy distinta, no existen normas concretas que definan los montos que deben ser destinados para este tipo de programas, y tampoco hay claridad sobre la forma de ejecutar estos recursos y el alcance que deberían tener, por lo que las autoridades competentes terminan dando prioridad a las actividades económicas de las empresas, dejando de lado las diferentes responsabilidades que deben asumir.
Es por esta razón que la RSE en Colombia está sujeta únicamente a meros comportamientos voluntarios y a acuerdos entre empresas, comunidades, y agentes gubernamentales.
Relevancia
La RSE ha venido tomando fuerza en los últimos años: El deterioro constante de nuestro planeta, sumado al acceso masivo que las personas tienen a la información, ha creado un nuevo tipo de consumidor, más preocupado por su entorno, mejor informado, y más consiente del impacto que las compañías generan sobre su vida diaria.
La RSE se ha convertido en una oportunidad, es la oportunidad para que las empresas generen algo que va más allá del producto o servició que ofrecen, es la oportunidad de vender bienestar. A partir de la RSE, las empresas se acercan a sus clientes, escuchan sus necesidades, y venden una nueva imagen que necesariamente va a repercutir en la manera en la que sus clientes los perciben a ellos y a lo que ofrecen.
La RSE ya no se vislumbra como una serie de normativas que deberían garantizarse, sino como una estrategia de negocio, como ese medio a través del cual una empresa puede transmitir sensaciones de bienestar, y posicionarse por encima de otras, como un modelo de cambio, que no solo se preocupa por su prosperidad, sino que aporta al bienestar colectivo.