Las personas que siembran un árbol lo hacen con la intención que crezca, siendo esté una fuente de oxígeno para varias generaciones, cumplir este ideal requiere una serie de condiciones favorables, tanto del terreno como de la especie. La siembra debe estar orientada a que los árboles sobrevivan aprovechando al máximo todos los recursos disponibles.
Junto a la fundación Red de árboles hay la oportunidad de participar en siembras de árboles nativos donde podrás asistir a jornadas de voluntariado con tu familia o en un plan empresarial, además de ser un gesto de Responsabilidad Social, estarás contribuyendo a la mitigación del cambio climático causado por la deforestación.
Al reforestar un terreno es importante tener en cuenta las especies nativas. Una de las principales razones por las que la Fundación Red de Árboles propone el uso de plantas nativas se debe a que estas especies interactúan de forma natural con el medio y las demás especies, tanto de flora como de fauna. Así encontramos plantas que son polinizadas por aves o insectos, otras que son distribuidas por animales y el viento, u otras que crecen trepando sobre árboles nativos. Lo que resulta muy beneficioso para el entorno, pasando a ser un ecosistema estratégico que beneficie a toda la comunidad aledaña.
Si quieres reforestar un terreno, debes saber que para cada jornada se hace un diseño previo y un diagnóstico que se hace con la comunidad, lo cual permite identificar las especies óptimas para el lugar y su ubicación adecuada. Luego de organizar detalles ¡Listos a sembrar!
El día de la siembra se toman una serie de datos, como altura, diámetro y coordenadas, que permiten llevar el seguimiento de todas las especies plantadas. Con ello, la Fundación Red de Árboles realiza un inventario de las operaciones y asocia virtualmente los árboles plantados a quién haya contribuido con esta labor.
Todos estos controles garantizan la correcta ejecución de la siembra y además, los datos previos permiten hacer su mantenimiento de una forma óptima, con el fin de que crezcan fuertes y sanos los árboles nativos sembrados, los cuales en el futuro serán los receptores de la contaminación que generamos. Sembrar un árbol hoy, es un compromiso con la vida de las siguientes generaciones.