Es una experiencia trascendental, es un momento en el que te desconectas del tiempo y del espacio. No existe pasado ni futuro, solo el presente, el aquí y el ahora. Olvidas las dinámicas de las ciudades y te sincronizas con la frecuencia de la naturaleza, con el dar, con el escuchar, con la calma. Todo pasa a un segundo plano, lo único importante es: que volviste a donde siempre has pertenecido.
Súmate por la naturaleza sembrando árboles