También se conoce como Cedro amargo, Cedro caoba, Cedro crespo. Cedrela odorata es un árbol perteneciente a la familia Meliaceae. Se encuentra distribuido en un amplio rango altitudinal que oscila entre los 10 msnm hasta los 2700 msnm en los departamentos Amazonas, Antioquia, Bolívar, Caldas, Caquetá, Chocó, Cundinamarca, Huila, Magdalena, Meta, Nariño, Quindío, Risaralda, San Andrés, Providencia y Santa Catalina, Santander, Tolima y Valle (UNAL, 2021).
Lastimosamente, el encontrarse ampliamente distribuido no ha salvado a esta especie del constante aprovechamiento forestal (en la mayoría de casos ilegal) debido a que su madera es muy fina y muy apetecida para actividades de construcción, ebanistería, carpintería etc. Esta situación ha llevado a Cedrela odorata a la categoría de amenaza En Peligro (EN) según la UICN (CAR, 2019).
Cedrela odorata es una especie arbórea que puede alcanzar alturas de hasta 35 metros. Presenta un tronco bastante recto y una corteza bastante fisurada, hojas de color verde intenso, flores blancas y pequeñas, el fruto es una capsula leñosa que se abre en varias valvas que da la imagen de una flor de madera.
Debido a que no es demasiado exigente con los suelos donde se establece, puede adaptarse a condiciones no tan favorables como las que ofrecen los terrenos degradados en donde se realizan actividades de restauración. Adicional a esto, mejora la fertilidad del suelo, estabiliza bancos de arena, recupera terrenos degradados, se ha empleado para rehabilitar sitios donde hubo explotación minera, conserva el suelo y controla de la erosión (CAR, 2019).
En zonas cálidas, este árbol es visitado por muchas aves como el Tucán verde, el Periquito aliazul, o la Garcita rayada, sin embargo, en Cundinamarca es muy visitado por un ave en particular: Icterus chrysater comúnmente conocido como Toche quien aprovecha el alto flujo de insectos que se mueven por la corteza y ramas de Cedrela odorata para alimentarse. Por esta razón el cedro es muy importante en nuestras jornadas de siembra, no solo porque estamos atrayendo avifauna a la zona si no porque estamos procurando que esta especie que ha sido intensamente aprovechada al punto de verse amenazada, vuelva a crecer y a habitar tranquilamente nuestros bosques.