Sembrar un árbol es un símbolo, es realmente una gran empresa: una semilla, un árbol, una flor, un fruto, una gran sombra, aire puro y limpio, la belleza inigualable del paisaje.
Hoy le agradecemos enormemente a la Fundación Tomas Rueda Vargas por apoyarnos en esta noble causa y haber sembrado 38 especies retenedoras de agua el sábado. Gracias a estos jóvenes que sin importar las condiciones climáticas, subieron la serranía El Majuy-Cota con el ánimo que la naturaleza merece.
Cada día se unen más y más personas a nuestro objetivo de “trabajar para conservar”. Hacer un agujero en la tierra, poner un tierno brote, manipular la tierra, regar con agua y contemplar cómo crecen los árboles que una vez fueron plantados es una magia de la naturaleza.