Las compañías petroleras, mayormente extranjeras, han extraído petróleo en la Amazonía peruana por más de 40 años, pero ninguna lo ha hecho sin causar devastación ambiental y división social. La cuenca del río Nanay es uno de los pocos afluentes amazónicos en el Perú que aún no ha sido tocado por la explotación petrolera. Sin embargo, ahora incluso el Nanay se encuentra en peligro.
Mi nombre es Lidia Vargas Doñe, tengo 43 años, soy madre de 5 niños y vivo junto al río Nanay. Junto con el Comité de Agua de Iquitos, la unión de estudiantes, pueblos indígenas, ciudadanos interesados y grupos de ciudadanos civiles, estamos luchando para proteger nuestra fuente de vida, una de las últimas cuencas vírgenes y aguas cristalinas de la Amazonía peruana.
La cuenca del río Nanay es un afluente del Amazonas y proporciona el 90% del agua potable, una ciudad de medio millón de personas. Hay pocas, si es que hay, razones para que los residentes crean que las compañías petroleras que proponen perforar aquí actuarían de manera diferente a como lo han hecho en otras partes de la Amazonía, o pensar que el gobierno va a detenerlos.
En 2008, el gobierno regional declaró la protección del Nanay como interés público, y sin embargo, no hizo nada para detener la actividad petrolera en las dos grandes concesiones otorgadas a las empresas petroleras para la exploración.
Durante los últimos dos años, hemos organizado marchas y protestas para mantener el petróleo fuera del Nanay. En 2012, tuvimos éxito en forzar a la gigante petrolera Conoco Phillips a retirarse del área, pero la concesión de petróleo ya ha sido entregada a Gran Tierra, una compañía canadiense con planes de perforar 51 pozos de petróleo en la cuenca.
Es crucial que se tome en cuenta el impacto devastador que la explotación petrolera puede tener en una región tan delicada y vital como la Amazonía. La contaminación del agua y la tierra no solo afectaría a la flora y fauna local, sino que también pondría en riesgo la salud y el sustento de miles de personas que dependen de estas aguas para sobrevivir.
La biodiversidad de la Amazonía es incomparable y su preservación es esencial no solo para los habitantes locales, sino para todo el planeta. La destrucción de los ecosistemas amazónicos contribuye al cambio climático y a la pérdida de especies únicas.
Por favor, únase a nuestra protesta y dígale al gobierno peruano NO al petróleo en el Nanay. Con su ayuda, tenemos la oportunidad de salvar una de las últimas cuencas limpias en la Amazonía peruana y proteger la vida de miles de personas.
En solidaridad,
Lidia y el Comité de Defensa del Agua de Iquitos
Para más información, visite: (http://www.alianzaarkana.org) o [facebook.com/ComiteDelAguaIquitos](http://www.facebook.com/ComiteDelAguaIquitos).