La humanidad requiere actualmente un planeta y medio para satisfacer su demanda de recursos naturales renovables y, según la Red Global de la Huella Ecológica (GFN), es muy probable que para mediados de este siglo necesitemos dos planetas enteros.
La población mundial ha consumido todo su "crédito" en términos de materias primas que ofrece la naturaleza, incluyendo recursos renovables como los alimentos, y no renovables como las fuentes de energía fósil (petróleo y gas). Esto significa que el mundo está viviendo en un "déficit ecológico", agotando las reservas de recursos naturales locales y acumulando dióxido de carbono en la atmósfera a un ritmo que el planeta no puede reabsorber.
No todos los países consumen recursos al mismo ritmo. Australia, por ejemplo, solo consume la mitad de lo que sus recursos naturales ofrecen. En contraste, China necesitaría 2,5 veces su propio territorio para satisfacer su demanda de recursos naturales. Francia requeriría 1,6 países iguales a él, India necesitaría 1,8, Estados Unidos 1,9 y Chile 4. El caso más extremo es el de Japón, que necesitaría seis países del mismo tamaño para satisfacer su demanda anual de recursos naturales en términos ecológicos.
Además de la contaminación del medio ambiente, este ritmo desenfrenado de consumo está causando la muerte de los bosques, el colapso de la pesca, el aumento de los precios de las materias primas y, en algunos casos extremos, revueltas sociales.
El año 1987 fue el primero en que la población mundial consumió más recursos de los que la Tierra podía producir. En ese año, el "Día del Sobregiro de la Tierra" cayó el 19 de diciembre. Desde entonces, esta fecha se ha adelantado cada año. Veinte años después, las necesidades de la población mundial superaban en un 30% lo que el planeta podía aportar. Esta tendencia se acentúa tanto por el crecimiento demográfico como por el aumento del consumo por habitante.
La Red Global de la Huella Ecológica, una organización no gubernamental con sede en Estados Unidos, trabaja con la colaboración de dos centenares de instituciones de todo el mundo. Su objetivo es ofrecer programas y herramientas que permitan a los países gestionar de manera eficiente sus recursos limitados, promoviendo prácticas sostenibles que puedan revertir la tendencia actual de consumo excesivo.
Es crucial que tomemos conciencia de esta realidad y actuemos de manera responsable. La implementación de políticas que fomenten el uso eficiente de los recursos, la promoción de energías renovables y la educación sobre la sostenibilidad son pasos fundamentales para asegurar un futuro en el que la demanda humana no supere la capacidad de regeneración de la Tierra. Debemos trabajar juntos para revertir esta tendencia y proteger nuestro planeta para las futuras generaciones.