El primer informe de alertas tempranas por deforestación de 2018, publicado por el Ideam, es preocupante. En tres meses, más de 5.000 hectáreas fueron taladas en el Parque Nacional Tinigua, revelando una grave crisis en Meta y Caquetá.
La Amazonia colombiana sigue siendo la más afectada por la tala de bosques, especialmente en el Parque Nacional Natural Tinigua, hogar del famoso río de los siete colores, Caño Cristales. Entre enero y marzo de 2018, se detectaron 5.620 hectáreas deforestadas dentro del parque.
Las principales causas son las quemas para el desarrollo de cultivos y pastizales para ganadería, así como el acaparamiento de tierras, a menudo financiados por actores externos o impulsados por la presión de grupos armados ilegales.
Otros puntos críticos incluyen Tibú (Norte de Santander); los ríos Yarí, Caguán y Caquetá (Caquetá); y áreas cercanas al río Guayabero (Meta) en el municipio de Uribe, cerca de los PNN Tinigua y Cordillera de los Picachos. También se han detectado alertas en las veredas de San José del Guaviare y Calamar (Guaviare), así como en el municipio de Roberto Payán (Nariño), especialmente en los bosques ribereños del río Patía, asociados a la construcción de infraestructura vial hacia la costa Pacífica.
Entre enero y marzo, los satélites identificaron 23 nuevos parches de más de 50 hectáreas en estos municipios. La Macarena (Meta), San Vicente del Caguán (Caquetá) y Tibú (Norte de Santander) concentraron el 46 % de las alertas. Aunque las alertas de deforestación suelen aumentar en el primer trimestre de cada año, el Ideam destaca que el inicio de 2018 es especialmente preocupante. Sin embargo, por primera vez desde 2016, no se identificaron alertas persistentes en el Atrato Medio.
Otras áreas afectadas incluyen los Montes de María (municipio de El Carmen de Bolívar, Bolívar), San Onofre (Sucre), y la serranía de San Lucas (municipios de El Bagre, Antioquia, Santa Rosa del Sur y Montecristo, Bolívar). También se detectaron alertas en la Sierra Nevada de Santa Marta (Magdalena), Dibulla (La Guajira), Riosucio y Unguía (Chocó), y Tierralta y Montelíbano (Córdoba).
Las áreas protegidas, especialmente el Parque Nacional Natural Tinigua, concentran más del 80 % de las alertas. El director de Bosques y Ecosistemas, César Rey, informó que en los primeros tres meses del año se deforestaron más de 5.000 hectáreas de bosque en el parque, incluso encontrando instalaciones ganaderas mecanizadas durante los operativos.
Recientemente, personas desconocidas incendiaron la cabaña turística de Caño Cristales, diseñada para mejorar el ecoturismo y la experiencia de los senderos turísticos entre el Distrito de Manejo Integrado (DMI) Macarena Norte y el Parque Nacional Natural Sierra de la Macarena. Este acto confirma que actores están abriendo monte para el acaparamiento de tierras, el principal motor de deforestación en Colombia según el Ministerio de Ambiente.
Éderson Cabrera, coordinador del Sistema de Monitoreo de Bosques del Ideam, señaló que en los años noventa, la región de La Macarena era un continuo bosque natural. Para 2018, bosques como los del Parque Tinigua están fragmentados, describiéndolo como "tener tres parques en uno".
Información tomada de: El Espectador - Se disparó la deforestación en La Macarena