En la actualidad, al hablar de restauración y conservación ecológica, es imprescindible mencionar las especies nativas por la importancia que tienen en los ecosistemas. La Fundación Red de Árboles siembra árboles nativos porque tienen gran captación de partículas en suspensión y captación de CO₂, actúan como barrera física y visual contra ruido y viento, son claves en el control de erosión, estabilidad de taludes y enriquecimiento del suelo.
Estos árboles, arbustos y plantas han germinado, crecido y reproducido de forma natural o silvestre en algún terreno, es decir, que no han sido introducidas por un humano, sino que son originarias de ese lugar. Son especies que durante miles de años se han adaptado a las diferentes condiciones geográficas y meteorológicas de cada región.
La adaptación a lugares con condiciones específicas hace que estas especies sean capaces de soportar condiciones climáticas en ocasiones muy extremas. Por ejemplo, Iota fue un poderoso huracán categoría 4 del Atlántico que en el 2020 causó serios destrozos en Nicaragua, Honduras y Colombia, en las islas de San Andrés y Providencia tuvo consecuencias devastadoras; cuando el Instituto Humboldt inspeccionó por primera vez la isla luego de Iota, la vegetación estaba totalmente afectada, los árboles cayeron por los vientos, y, sin embargo, hubo una palma nativa que resistió al paso del huracán, se trata de la Acoelorraphe wrightii lo que demuestra el alto grado de resiliencia de la especie. También, hubo una zona en la que quedó intacto un relicto de bosque seco con muchas especies nativas y representativas con las cuales se hizo el rescate de plántulas para llevarlas a un vivero.
Además, de cumplir la extraordinaria función de ser reguladoras climáticas y de temperatura, actúan como protección para cuencas y cuerpos de agua. También son especies que proveen de nicho y hábitat a la fauna que sirve de polinizador para su reproducción, contribuyendo así a la biodiversidad. También son relevantes porque por sus características biológicas como el éxito reproductivo, los niveles de toxinas , la mortalidad y los niveles de población se pueden tomar como indicadoras de la salud de una región, debido a su conexión con un sistema mayor.
Aparte de los beneficios bióticos que aportan a los ecosistemas, son especies que tienen un amplio significado cultural y tradicional para las comunidades porque se conocen las propiedades curativas, nutritivas y energéticas. Conocimientos ancestrales transmitidos de generación en generación.
¡Conociendo las plantas nativas conservamos la biodiversidad!
Durante mucho tiempo en las reforestaciones se utilizaron principalmente especies exóticas como Eucalipto, casuarina y pinos, entre otras. Hoy día hay mayor interés en buscar nuevas especies para las reforestaciones que incluyan a las nativas, poniendo en práctica formas de propagación masiva que permitan lograr un establecimiento exitoso. Conoce Ocho especies nativas colombianas para sembrar.
Debido a los fuertes problemas de deforestación y pérdida de biodiversidad que sufre el país, los viveros pueden funcionar no solo como fuente productora de plantas, sino también como sitios de investigación donde se experimente con las especies de interés, propiciando así la formación de bancos temporales de germoplasma y plántulas que permitan su caracterización, selección y mantenimiento, además de servir como sitios de capacitación de donde surjan los promotores de estas técnicas. La producción de árboles y arbustos presenta al menos tres fines productivos: frutal, forestal y ornamental.
Aunque la propagación masiva de especies nativas es una tarea laboriosa, es importante que en nuestro país se desarrollen todas las opciones que existen para propagar especies nativas, ya que la gran diversidad de recursos forestales con los que aún se cuenta, deben ser utilizados y valorados, lo cual favorece no solo a la preservación de la biodiversidad de nuestros recursos, sino también facilita la recuperación de la gran cantidad de áreas deforestadas.
Actualmente, hay mayores estudios, investigaciones y prácticas herramientas que conllevan a la propagación de especies nativas en los territorios, pero aún se requieren mayores políticas públicas y privadas que permitan contar con recursos económicos y humanos dirigidos a conservar el germoplasma nacional o las especies nativas.