Impacto del Fracking en las Fuentes Hídricas

El proceso del fracking requiere grandes cantidades de agua y sustancias químicas que deben ser inyectadas bajo el suelo. Esto puede traer varias amenazas para las fuentes hídricas, especialmente en áreas donde el agua ya es escasa.

Un pozo puede ser fracturado varias veces, implicando el uso de enormes cantidades de agua potable cada vez que es fracturado. El total de agua utilizada es desconocido, ya que puede variar dependiendo de la ubicación del pozo y la tecnología usada.

Debido al costo del transporte de agua desde lejos, las empresas prefieren usar agua de fuentes cercanas al pozo, lo que puede impactar negativamente las vías fluviales locales y sobrecargar las instalaciones de tratamiento de agua. Para realizar este proceso, se mezcla grandes cantidades de agua con varios compuestos químicos tóxicos, creando un fluido especial. Gran parte de este fluido regresa a la superficie, donde puede derramarse o filtrarse en ríos y arroyos. Los suministros de agua subterránea también pueden estar contaminados por el gas y el fluido del fracking.

Además, la contaminación resultante del fracking no solo afecta a las fuentes de agua, sino también a la salud humana. Al final del proceso, existe el riesgo de que los gases y fluidos contaminantes lleguen a plantaciones o fuentes de agua de consumo humano, perjudicando a quienes, sin saberlo, consumen estos productos contaminados.

Este escenario no solo plantea un riesgo significativo para el medio ambiente, sino también para la salud pública, subrayando la necesidad de considerar alternativas más sostenibles y seguras para la extracción de recursos naturales. La implementación de regulaciones estrictas y la vigilancia constante son cruciales para mitigar los riesgos asociados con el fracking y proteger nuestras fuentes hídricas.