Reforestar para preservar el agua

La conservación de los bosques nativos, sumado a la restauración de los ecosistemas forestales que han sido degradados, ejercen un papel fundamental de cara a los efectos del cambio climático, puesto que los árboles cumplen una función importante en el equilibrio de la temperatura y el ciclo del agua, es decir, desde las diferentes formas como el agua se transporta desde el aire hacia la tierra hasta cuando por medio de los bosques la reciclan y regresan a la atmosfera completando su ciclo.

De esta manera, son los bosques y su vegetación los encargados de detener y evaporar el agua a través de su sistema de raíces, que por el nivel de profundidad que tienen cuentan con la capacidad de filtrar y mejorar la calidad del agua, lo que beneficia claramente a la población mundial.

Regulación del agua

Por tanto, el cambio climático altera profundamente la regulación del ciclo del agua y modifica drásticamente los recursos hídricos que conllevan a extensas sequías en algunas regiones y a grandes inundaciones en otras, por lo que restaurar un ecosistema reforestando un hábitat específico contrarresta los efectos causados por dicho impacto climático. 

Se sabe que la tala de árboles compacta y erosiona el suelo, disminuyendo su transpiración e infiltración, lo que conlleva a que el agua generada por las lluvias circule libremente sobre la superficie de un terreno, lo que a su vez incrementa los flujos de agua que terminan en grandes inundaciones, ¿entonces la solución debería ser sembrar más árboles y vegetación en los terrenos afectados?

Siembra de árboles

Existe controversia frente a esto, puesto que no siempre sembrar un terreno con árboles ayuda a mitigar dicho fenómeno, es decir, se debe tener en cuenta los árboles nativos que en su momento colonizaban el lugar, en otras palabras, sembrar especies que no son compatibles con el terreno afectado podría no conseguir los objetivos buscados.

Para ello, se hace necesario que este tipo de siembras sea realizado por personal calificado, donde a través de varios estudios se pueda determinar cuál es la especie más adecuada que potencialice la restauración del ecosistema, la fundación RED DE ÁRBOLES cuenta con una experticia de varios años donde los estudios realizados por grupos interdisciplinarios logran establecer los procesos que se adecuen de forma eficiente a los terrenos que son objeto de recuperar y de esta forma garantizar que el ciclo del agua tenga no solo efectos positivos, sino sostenibles en el tiempo.