La huella de carbono hace referencia a la cantidad de gases de efecto invernadero producto de las actividades del ser humano en su cotidianidad, cantidad que se calcula en toneladas de CO₂. La medición tiene en cuenta el país de residencia y aspectos del estilo de vida como la eficiencia energética en la vivienda, la adquisición, preparación y consumo de alimentos, la forma de movilizarse y el manejo de los desechos, entre otros. Urge que tanto las organizaciones como cada ciudadano asuma la responsabilidad de reducir las emisiones de carbono.
El primer paso para compensar tu huella es calcularla. Mide tu huella de carbono aquí.
Sin duda, tener un dato estimado de las emisiones generadas en nuestro día a día motiva a tomar iniciativas útiles que ayudarán a reducir el impacto ambiental. En el ámbito doméstico hay muchas acciones que parecen simples y, sin embargo, contribuyen bastante al propósito de compensar esa huella.
Seguramente has escuchado sobre las tres erres: reciclar, reducir y reutilizar, este juego de palabras son claves porque ayudan a mitigar los impactos negativos en los ecosistemas. Ya no es posible ser indiferente al ver en medios de comunicación y redes sociales imágenes de ríos y mares atascados de residuos, plásticos y microplásticos. Lo desechado por cada uno puede llegar incluso a continentes lejanos.
Eficiencia energética
Según estudios de la ONU, los hogares consumen el 29% de la energía mundial y, en consecuencia, contribuyen al 21% de las emisiones de CO₂ resultantes.
Apaga las luces que no estés usando.
Desconecta los electrodomésticos y dispositivos que no estén funcionando como cargadores y hornos.
Cambia los bombillos y luminarias a luces frías de tecnología tipo LED. Según la ONU, el 90% de la energía utilizada por las bombillas tradicionales se desperdicia en la producción de calor.
Procura usar la lavadora con carga completa y en momentos en los que haya menos gente en casa, habrá menos electrónicos encendidos y la lavadora dispone de una potencia eficaz.
Organiza jornadas de planchado una o dos veces a la semana.
En cuestión de entretenimiento es ideal pasar momentos en familia, pues es mejor para el medio ambiente ver una película o escuchar la radio juntos a que cada miembro del hogar esté en su habitación con televisor, computador y sistemas de sonido utilizados simultáneamente.
Hábitos de consumo
También en informes recientes de la ONU se concluye que el sector de la alimentación representa alrededor del 30% del consumo total de energía en el mundo y un 22% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero.
La producción de carne es una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero, por las actividades de pastoreo que conllevan a deforestación. Para reducir la huella de carbono es indispensable tener lo anterior en cuenta. No se trata de eliminar del todo esta proteína de tu plato, pero sí de encontrar opciones nutricionales que ayuden a disminuir su consumo.
Si hay la posibilidad, opta por productos locales, es decir, que hayan sido cosechados o elaborados en tu región. Esto porque al transportarlos se requiere menor cantidad de combustible.
¡Infórmate! Compra a empresas responsables con el medio ambiente. El sector industrial y de manufacturas genera una buena parte del CO₂ emitido a la atmósfera, por eso es importante conocer los planes de manejo y compensación ambiental que adoptan.
Antes de salir de compras, asegúrate que realmente son artículos indispensables en tu hogar. Pues en la fabricación de cada objeto que adquieres se requirió de recursos energéticos, hídricos, además de la emisión de CO₂ de la industria a la que pertenece.
Manejo de los desechos
La separación en la fuente es clave, separa lo orgánico de otros residuos. Hay varias formas de compostar, también es de suma importancia fomentar el reciclaje en casa para disminuir las grandes cargas en los rellenos sanitarios.
Considera sembrar árboles nativos
Es una medida ideal para compensar la huella, si tienes la opción de sembrar árboles donde te localices, no lo pienses más, solo considera usar especies nativas, es decir que sean propias de ese ecosistema para que tengan una mejor adaptación y crecimiento.
Una excelente forma de hacerlo es vincularse en la Fundación Red de Árboles como voluntario de siembras o con las siembras empresariales que patrocinan las organizaciones como parte de su aporte en responsabilidad social y ambiental y también es como una especie de beneficio a los colaboradores que al tener contacto con la tierra y un ser vivo como lo es un árbol les aporta grandes beneficios a quienes participan de la actividad.